20 julio 2015

3:16

En esta cama no se puede ser libre.
En esta cama no se puede dormir ni respirar.
No se puede decir te quiero en esta cama.
Cambio la postura, convulsiono, me giro, salgo ardiendo.
Veo ¿hormigas?
Me enciendo un cigarrillo en la ventana. Cierro los ojos. Me lo fumo.
Hay diez tús que apenas me importan a quienes hablo con la voz ya ronca.
¿Por qué?
Hay gente que habla como si no importase nada
como si no importase nada. Hay ruidos.
Ruido de motores de cosas siempre. Y de más cosas.
Hay dos gatos detrás de la puerta pero yo estoy sola, sola de odiar sin fuerzas, sola de dolerse.
Hay un cuarto en llamas.
Y no me quedan drogas.

En esta cama no se puede ser.

21 enero 2015

vivir en la felicidad que fue,
en aquel rincón en el que estuvo todo,
de cara a una pared de la que cuelga tan sólo un espejo
en el que se refleja la leve mueca de las cosas
que mueren;
vivir en lo que ya es pasado,
correr hacia atrás creyendo que es ese el destino.
no descubrirse inmóvil,
negarse la belleza de lo que está por venir;
vivir después de esa boca,
de aquella en la que el mundo estuvo con todas sus historias,
con toda la Historia;
el caos inasible de lo perfecto,
porque era mía,
boca en la que nacía siempre,
boca en la que acababa siempre;
vivir avivando el rescoldo,
rebuscando por dentro con la cadencia obsesiva
de la tristeza que se oculta
tras caricias o cuchilladas.
vivir así.