07 noviembre 2012


No hay manera de saberlo.

Sólo el minuto, sólo el minuto y no estar más en ninguna parte.
Me quedo pero ya no estoy
y cómo sonrío. Me importa poco porque no hay manera de saberlo.

Puedo poner el pie aquí, dejo mi huella aquí, la veo, lo noto,
pero tanto estoy que me he ido.

Puedo sentir cómo subo – mi pie aquí, mis dedos me tocan –
pero me muevo hacia arriba y lo mejor de todo
es que no hay manera de saberlo.