31 agosto 2012

y que te abran los ojos, a la fuerza, casi arrancando los párpados. y que entre la luz más blanca, el no más rotundo, la imagen más cruda de la mayor incógnita certeza y que sólo te quede gritar.

que te arañen el corazón con la garra que ayer era mano, mano suave al rozar tu mejilla y después el silencio.

que te arranquen las telas que te cubren y te dejen desnuda en el medio de una noche oscura, oscura...desnuda y sola.

que se acabe el amor y la lucha, que se acabe todo. indiscutiblemente, definitivamente, de cuajo.
y volver de nuevo a una nueva batalla con una herida nueva para volver nuevamente a encontrarte.